Lo contaba Wilma Mankiller, la primera mujer líder de la nación Cherokee. Resulta que las vacas, cuando hay una tormenta, corren y huyen de la tormenta mientras que los búfalos arremeten y corren directamente hacia la tormenta para llegar antes.
Hay tormentas en nuestras vidas en las que tenemos que SER BÚFALOS. ¿Para qué prolongarlas?
¿Cuáles son esos retos difíciles que
tienes y sabes que te vendría bien SER el BÚFALO?
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