Seguro que os ha ocurrido esto alguna vez. En el momento menos esperado, alguien te regala una sonrisa o una palabra amable de esas que vienen del corazón, de las de verdad. ¡Qué bien sienta!
Esta frase me recuerda a una conversación que tuve con un amigo. Una mañana, cuando todavía no le conocía demasiado bien, le comenté una fortaleza que yo veía en él y lo importante que era esta cualidad dentro y fuera de las empresas. Noté como se emocionó y ahí quedó la conversación.
De camino a mi casa me paré a reflexionar sobre lo ocurrido y me empezó a atacar el Gremlin (mi charla interior). El Gremlin decía, ¨Teresa estabas en un entorno laboral, no le conoces lo bastante, puede que invadieses su zona de confort, le has molestado.¨ Menos mal que este compañero de viaje (el Ego) ya le conozco bien y no dejé que me diese la paliza. Me dije, ¨has hecho bien, es importante que las personas sepan sus fortalezas, muchas veces ellos no las ven, tienes un trabajo que te permite hacer esto, es tu deber.¨
Comparto mi charla interior, por un motivo, para que veáis como funcionamos. Esto no era una lucha de si lo que hice era lo correcto o no, era MIEDO. Miedo a abrirme, a bajar mis barreras, a conectar con otro ser humano. Miedo a demostrarme tal y como soy, al rechazo. Sin embargo, os pregunto ¿qué es una vida sin conexión? Es una vida a ¨0¨!!! ¿Y qué coste tiene para nosotros? ¿Qué duele más, conectar o no conectar? Para mí, lo tengo claro, elijo CONECTAR aunque al principio duela.
Para los curiosos, os cuento como acabó la conversación con mi nuevo amigo. Unas semanas más tarde, hablando con él, me recordó la corta conversación que tuvimos aquel día. Me comentó que estaba pasando una mala racha y lo importante que había sido para él el escuchar mis palabras. De él no haberlo compartido, nunca me hubiera enterado. En este caso tuve la suerte de saber lo que ayudaron mis palabras, pero ese no es el objetivo. El fin es compartir o abrirte a alguien independientemente de los resultados, por el simple placer de dar.
De camino a mi casa me paré a reflexionar sobre lo ocurrido y me empezó a atacar el Gremlin (mi charla interior). El Gremlin decía, ¨Teresa estabas en un entorno laboral, no le conoces lo bastante, puede que invadieses su zona de confort, le has molestado.¨ Menos mal que este compañero de viaje (el Ego) ya le conozco bien y no dejé que me diese la paliza. Me dije, ¨has hecho bien, es importante que las personas sepan sus fortalezas, muchas veces ellos no las ven, tienes un trabajo que te permite hacer esto, es tu deber.¨
Comparto mi charla interior, por un motivo, para que veáis como funcionamos. Esto no era una lucha de si lo que hice era lo correcto o no, era MIEDO. Miedo a abrirme, a bajar mis barreras, a conectar con otro ser humano. Miedo a demostrarme tal y como soy, al rechazo. Sin embargo, os pregunto ¿qué es una vida sin conexión? Es una vida a ¨0¨!!! ¿Y qué coste tiene para nosotros? ¿Qué duele más, conectar o no conectar? Para mí, lo tengo claro, elijo CONECTAR aunque al principio duela.
Para los curiosos, os cuento como acabó la conversación con mi nuevo amigo. Unas semanas más tarde, hablando con él, me recordó la corta conversación que tuvimos aquel día. Me comentó que estaba pasando una mala racha y lo importante que había sido para él el escuchar mis palabras. De él no haberlo compartido, nunca me hubiera enterado. En este caso tuve la suerte de saber lo que ayudaron mis palabras, pero ese no es el objetivo. El fin es compartir o abrirte a alguien independientemente de los resultados, por el simple placer de dar.
Hay cosas en esta vida que no tienen precio y ésta, definitivamente fue una de ellas. El ladrillazo de que te recuerden que merece la pena arriesgarte. El saber que con unas palabras desde el corazón puedes ayudar a alguien. ¿No os parece realmente precioso?
Este año he sido muy afortunada, he recibido regalos preciosos que llevaré en mi corazón para siempre. No me refiero a los que estaban debajo del árbol de Navidad, sino los que me regalaron muchísimas personas a lo largo del año. Regalos de personas desconocidas, emprendedores, empresarios, directivos, clientes, colaboradores, amigos y familia. A la mente se me viene muchas imágenes, palabras, correos electrónicos, comentarios en el blog, miradas, caricias, abrazos, besos, lágrimas y sonrisas llenas de emoción. Gracias a todos por regalarme el mejor regalo de todos.... AMOR (con mayúsculas).
Este año he sido muy afortunada, he recibido regalos preciosos que llevaré en mi corazón para siempre. No me refiero a los que estaban debajo del árbol de Navidad, sino los que me regalaron muchísimas personas a lo largo del año. Regalos de personas desconocidas, emprendedores, empresarios, directivos, clientes, colaboradores, amigos y familia. A la mente se me viene muchas imágenes, palabras, correos electrónicos, comentarios en el blog, miradas, caricias, abrazos, besos, lágrimas y sonrisas llenas de emoción. Gracias a todos por regalarme el mejor regalo de todos.... AMOR (con mayúsculas).
¿Hay algo más bonito?
En estos momentos donde todos andamos frenéticos buscando regalos, gastando por gastar y sumergidos en el consumismo os quiero dejar con un mensaje.
Recordad que podemos regalar AMOR durante todos los días del año.
Recordad que podemos regalar AMOR durante todos los días del año.