sábado, 6 de agosto de 2011

¿A qué Jugamos?


Let´s play the Blame Game. 

(Juguemos al Juego de Buscar Culpables)

Objetivo: YO GANO, TÚ PIERDES

Un juego peligroso. ¿No os parece?

 ¿Quién está en posesión de ¨la razón¨? ¿Quién gana?  ¿Realmente gana alguien?
Y si se gana, ¿a qué precio?

 ¿Merece la pena?

Todos seguro que recordáis estar jugando con amiguitos, hermanos o compañeros de clase y de repente algo se caía. ¡¡¡ CLASH!!!  A los pocos segundos entraba un adulto y lo primero que decía era, ¨¿Quién lo ha hecho?¨, seguido por una riña. 

Esto mismo ocurre continuamente:

En el trabajo, en la política, con amigos, con colegas, en nuestros hogares, en los deportes, etc.

Vivimos en una cultura que busca culpables.  El culpable es .... Zapatero, Rajoy, tu madre, tu padre, el jefe, el vecino, el otro equipo, el profe, etc, etc, etc. Rellénalo con el nombre que quieras. El caso es que mientras nos mantenemos en este circulo vicioso de buscar culpables, no hacemos NADA.

Es muy tentador culpabilizar a otros cuando las cosas van mal.  Muy fácil criticar desde las barreras, sin arriesgarte, sin implicarte. Señalar a otro, mientras nosotros no hacemos nada.  A corto plazo, culpabilizar aumenta la auto-estima y alimenta a nuestro EGO.  Tiene un beneficio inmediato. 

Parece que en el momento que averiguamos quién ¨lo ha hecho¨, todo pasa a un segundo plano. ¡Bien! Ya tenemos un ¨culpable¨, ahora los demás podemos relajarnos. Ya tenemos a alguien a quien echarle la culpa, esto significa que ya no tenemos que asumir nuestra parte de la responsabilidad.  Esto se ve muy claro en la política, ¿a que sí? 

Pero desafortunadamente, es un juego disfuncional porque ralentiza y evita aprender del error.  ¿Qué consecuencias tiene buscar un culpable? Bajo circunstancias normales, el ¨culpable¨ seguro que no lo ha hecho queriendo, ha sido un error. ¿Cómo se sentirá esta persona?  Humillada, avergonzada, frustrada, con ira.  ¿Cómo piensas que reaccionará la próxima vez que se equivoque? Eso si se arriesga a equivocarse, a fracasar.  El precio es muy alto, ¿no?

Mientras que yo te echo la culpa a ti y tú a mi, ¿Qué conseguimos?
Conseguimos.....no solucionar absolutamente nada!!!

Al final el conflicto termina por ser una discusión de quién es el culpable y se nos olvida el trasfondo real.   Nos perdemos en el juego, terminamos por olvidar el motivo original, lo realmente importante.  

Así que la próxima vez que nos veamos envueltos en este juego, pensemos en cuál es nuestro objetivo final, ¿buscar un culpable o solucionar un problema?

Asumamos nuestra parte de la responsabilidad de lo que ocurre. Entrando en una lucha de poder no termina por solucionar nada, solo alimenta al EGO.

Si no funciona, ¿por qué no jugamos a otro juego?

The Blame Game es un juego que no tiene salida.

Me quedo con dos recomendaciones de los expertos: 

La primera de Tom Peters, el guru de management.  Peters dice, ¨Pide perdón, aunque no tengas la culpa.  La otra persona sabe que no la tiene y si tú tomas el primer paso el otro te dirá, ¨no, ha sido mi culpa.¨. 

Y la segunda de Jim Collins de su libro ¨Good to Great¨. ¨Mira en el espejo cuando las cosas van mal y hacia fuera cuando van bien¨.

1 comentario:

  1. Es verdad Tere nos cuesta asumir la culpa y nos da miedo pedir perdón, quizás estamos mostrando nuestra parte débil y eso nos asusta. Es una cuestión educacional. Si desde pequeño cuando el niño hace algo mal se acostumbra a pedir perdón y a perdonarse el uno al otro, seguro que de mayor será capaz de asumir cuando se equivoque, y que no pasa nada, todo tiene arreglo.La culpa la tenemos todos cuando nos equivocamos y no somos capaces de reconocerlo, al fin y al cabo cada uno de nosotros tenemos nuestra particular visión de la realidad. ¡Nos vemos luego! Muchos besos.

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